El «nomadismo digital» es una tendencia que evolucionó significativamente como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Normalmente, sólo los profesionales independientes freelance, tendían a ser identificados como nómadas digitales, en referencia a una modalidad de vinculación con el empleo totalmente remota y que, además, puede llevarse adelante mientras se viaja por todo el mundo.
‘Un año después de la pandemia vimos un marcado aumento de los trabajadores tradicionales que se pasaban a la oficina virtual, principalmente debido a las regulaciones de cuarentena de los países. La pandemia abrió las puertas de un lugar de trabajo remoto global, y las empresas de todo el mundo han sacado provecho’, sostiene la 11° Edición del Informe Ejecutivo Global sobre Remuneraciones y Contrataciones, que publica el grupo editorial británico Law Business Research.
El documento señala que, entre los factores que impulsan el aumento de los nómadas digitales, se encuentran la demanda de competencias escasas (principalmente en el ámbito de las tecnologías de la información) y los trabajadores que buscan no sólo una mayor remuneración, sino también beneficios como la estabilidad y la flexibilidad.
Entre las cuatro principales regiones a nivel mundial, América Latina tuvo la mayor tasa de crecimiento de la contratación por parte de empresas no nacionales en el último semestre de 2021 y ofreció salarios de más del doble de lo que ofrecen las empresas locales, agrega.
De acuerdo a un estudio publicado en mayo de este año por Hiring Lab, proyecto que realiza investigaciones para el sitio de empleo Indeed, en enero de 2020, en la región, sólo el 2,5% de las ofertas usaban las palabras “trabajo remoto”, pero el porcentaje se “triplicó” en septiembre de 2021 (aumentó a casi 7,5%),
En la Argentina, en tanto, un estudio del Grupo Bayton encontró que, en el primer trimestre de 2020, sólo el 7% de los colaboradores trabajaba de forma remota, mientras que, a finales de ese año, ya lo hacía el 49,9%.
‘Para nosotros, ser un nómada digital no es un beneficio, sino una forma de vida. Desde un primer momento consideramos el homeworking como un derecho y no como un beneficio. Es por ello que cuando se abre una nueva búsqueda, el lugar de residencia del candidato no es un limitante para su contratación’, explica Sebastián D’oria, analista de capital humano en Streambe, compañía argentina que brinda soluciones de tecnología para la mejora de procesos y la transformación digital de las empresas
Además, agrega: ‘De hecho, hoy en día gran parte del equipo se encuentra en distintas provincias de la Argentina y en el exterior. Contamos con colaboradores trabajando desde España, Venezuela, Colombia, Uruguay, Estados Unidos y Chile’.
De los 80 colaboradores que hoy tiene, la mitad se encuentra fuera del país, pero en total llegan a un 80% los que trabajan de forma remota, sumando a todos los que, aún dentro de la Argentina, se encuentran en el interior.
Por su parte, Fernando Fariña, CTO, indica: ‘Los colaboradores que contratamos están distribuidos por cualquier parte del mundo y, aunque actualmente tenemos un fuerte foco en Buenos Aires, tenemos varios recursos que trabajan, por ejemplo, desde Salta, Córdoba, Corrientes y otras provincias además de los que están haciendo literalmente el nomadismo digital viajando por el mundo’.
Según Fariña, Streambe trabaja desde sus inicios con colaboradores sin fronteras. Explica: ‘No es algo puntual que se da en el último tiempo, tenemos registros que desde 2012 al menos ya había algunos chicos que trabajaban desde distintas partes de la Argentina. Desde esa época la compañía había experimentado la ventaja de poder contar no solo con colaboradores que estén cerca de tu oficina’.
En Streambe, el trabajo remoto aplica para todas las áreas, pero en particular para los sectores de desarrollo: no solo desarrolladores, sino también las distintas posiciones que puede acoger el área. Analistas funcionales, UX, y cualquier otra posición que esté dentro de un equipo de desarrollo trabaja 100% con acceso remoto.
Luego, el ejecutivo comenta: ‘En otros departamentos, por ejemplo nuestra oficina de proyectos, intentamos que estén más presenciales porque son roles más estratégicos en los cuales está bueno tener al menos una vez por semana un encuentro; con ellos trabajamos más en conjunto y hacemos más sinergia pensando y planificando los próximos pasos de los distintos proyectos y nos apoyamos para destrabar algunas cuestiones’.
Para Streambe, el trabajo remoto en general y el nomadismo digital, en particular, no tienen contraindicaciones, aunque sí suponen desafíos de organización y gestión del talento diferentes a la que implica la vinculación tradicional entre colaborador y empresa basada en el modelo presencial.
D’oria completa: ‘Hoy en día contamos con innumerables formas de comunicación, lo que facilita enormemente la organización y la gestión de la empresa. En Streambe, optamos por reuniones virtuales, plataformas conversacionales y plataformas internas creadas para la organización de la empresa’.
Por su parte, Fariña explica que, desde el momento en que se favorece esta modalidad, la empresa tiene que adaptarse, además, a nuevas formas de pago de salarios. Resalta: ‘Cuando se tiene a toda la plantilla trabajando en la Argentina, podes pagarles en pesos, pero si tenés a la gente girando por el mundo tenés que adaptarte a que tu empresa va a tener que pagarle a sus colaboradores nómades en una cuenta donde puedan recibir su salario y pueden sobrevivir en otro país. Todos los procesos administrativos contractuales cambian a la hora de contratar una persona que viaje por el mundo’.
Trabajo remoto, un win win para colaboradores y empresas
Tanto para la compañía como para el colaborador, el trabajo remoto tiene ventajas: ‘Solo en cuestión de metros cuadrados de oficina, ya tenemos un ahorro importante. Tendríamos que tener un espacio para 100 personas, mientras ahora con un lugar que pueda albergar a 20, que casi nunca están todos juntos, es suficiente’.
D’oria agrega: ‘El nomadismo digital tiene muchas ventajas. Tener la libertad de trabajar donde uno se sienta cómodo, el ahorro en las horas de viaje, contribuir al cuidado del medio ambiente evitando la contaminación que se produce diariamente por ir a la oficina, poder trabajar en conjunto con personas en diferente partes del mundo, son cuestiones que se valoran mucho’.
Facundo Pisanú, colaborador de Streambe, y es uno de los nómadas digitales del equipo y comparte su experiencia: ‘Para adoptar la modalidad de nómade digital es necesario que el rol que cumplás no te requiera mucha presencialidad. Por ejemplo, antes trabajaba en proyectos con el rol de management y eso me implicaba estar de forma más presencial para reunirme con el cliente. Por eso decidí volver a mi rol de desarrollador, que me permite esta flexibilidad de nómada digital y que me brinda más libertad de movimiento’.
Fariña refuerza: ‘Veo que existen muchos beneficios a nivel del colaborador: puede cortar a las 18 y ya está en su casa y puede, desde ese momento, hacer lo que quiera. De otra forma tenía que viajar a la oficina y luego viajar para volver, te agarra un piquete, tenés costo de transporte, viáticos e inseguridad; te enfrentas a un montón de cuestiones en la vía pública qué trabajando desde tu casa no las tenes’.
Late check out o cómo volver sin volver
El trabajo remoto permite otra modalidad de aprovechamiento que toma cada vez más fuerza: la de los colaboradores que se quedan en el lugar que eligieron para descansar aún después del fin del periodo de licencia. De esta manera, aunque se retoman las responsabilidades, el cambio de aire se mantiene unos días más y el retorno es más amable, también para la familia.
‘Siempre y cuando quede preservado el derecho a la desconexión y las vacaciones sean verdaderamente vacaciones, nos parece bárbaro que un colaborador que está remoto prolongue su estadía en el lugar adónde viajo y reanude sus tareas desde ahí. Aplica el mismo criterio que el nomadismo digital, cuyas travesías pueden, porque no, incluir locaciones turísticas, playas, hoteles, cabañas. Mientras estén claro los objetivos y la comunicación sea fluida, esta perfecto’, confirma D’oria.
Completa Facundo: ‘Uno se puede mover y sentirse de vacaciones a pesar de estar trabajando. El famoso “vivir de vacaciones” mientras trabajas es posible ya que esta modalidad te da mucha flexibilidad. Por ejemplo si estas con otros usos horarios, podes comenzar a trabajar a partir del mediodía y aprovechas la mañana para disfrutar del lugar que visites. Por otro lado, quedarte más tiempo allí te permite vivir como local. Conoces más y te hospedas en lugares que no son turísticos, conoces más su cultura’.
Lo que comenzó como una tendencia y un beneficio limitado a pocas empresas –especialmente aquellas del rubro digital- ya adquirió estatus de movimiento laboral completo y global: según Forbes, el 50% de la fuerza de trabajo de Estados Unidos pronto será remota. Por su parte, los nómadas digitales de Europa crecieron del 7,7% al 9,8% en la última década. Permitir a los empleados trabajar donde y cuando quieran hoy atraviesa a todo tipo de industrias y empresas, desde las más pequeñas hasta las más grandes e incluso tradicionales.
Concluye: ‘La experiencia nos ha demostrado que, trabajando por objetivos, en tanto haya ganas y siendo responsables se alcanzan completamente los objetivos planteados y no es necesario estar mirando el reloj para ver a qué hora entra o qué hora sale el colaborador’.
Fuente: prensariotila.com