Hoy en día se puede determinar el estado anímico de una persona mediante sus gestos, movimientos y pulso cardíaco.
Las primeras pruebas de este hallazgo se están ejecutando en Argentina. Para ello, se hace uso de la computación cognitiva en alumnos universitarios, tomando en cuenta el nivel de sensibilidad que tienen sobre temas específicos.
En una prueba piloto, Microsoft contribuyó con el análisis de los datos y la interpretación de los resultados. Asimismo, fueron parte un equipo médico y un neurocientista cognitivo.
Juan Echagüe, director de Investigación y Desarrollo de Practia, destacó que para el desarrollo se tomó en cuenta el proceso de aprendizaje y el espacio físico donde se encuentran.
“Diseñamos cómo vamos a poner el equipamiento necesario para registrar a los estudiantes, a lo largo de las actividades, siguiendo el plan inicial del docente, en ese espacio físico, siendo lo menos intrusivos posible”.
Para complementar el estudio, se usaron micrófonos, cámaras y otros dispositivos que midieron los registros y compaginaron las señales, que luego fueron almacenadas en las redes sociales.
¿Por qué hacer uso de la Inteligencia Emocional?
Para las marcas es fundamental entender los sentimientos de los consumidores al momento de adquirir sus productos o servicios. Conocer específicamente la motivación en la toma de decisiones sobre el consumo.
Una de las metodologías empleadas es social listening, una escucha activa en las redes sociales. Con este seguimiento, se puede determinar si la valoración es positiva o negativa. También ser más asertivos en el mercado.
Recientemente, la inclusión de la IA está ayudando a que estos procesos sean más veloces, extrayendo las mejores conclusiones con sistemas sofisticados.
Los próximos retos que plantea la IA es hacer una lectura más cercana sobre el lenguaje natural de las personas, enfocándose en aquellos matices que faculten el desenvolvimiento de una mejor comunicación entre los seres humanos.