La transformación digital no para y agregará US$ 100 billones a la economía mundial para 2025

En la actualidad, en un contexto donde la tecnología avanza rápidamente, es frecuente encontrarse con términos como “digitalización de procesos” y “transformación digital”. Aunque a menudo se utilizan como si fueran sinónimos, es importante comprender que representan conceptos diferentes. Según expertos en la materia, confundirlos podría generar malentendidos y, en el peor de los casos, llevar a tomar decisiones estratégicas equivocadas.

“Transformación digital no es desarrollar una app, o tener presencia en redes, ni es digitalizar un proceso que viene del mundo físico, tampoco despapelizar. No es nada de eso. En todo caso, eso sí es la digitalización de algo. La transformación digital es mucho más profunda, es un cambio radical en la forma de hacer negocios“, explica Gastón Gugliotta, Gerente General de Streambe, una compañía especializada en soluciones tecnológicas para la mejora de procesos y la transformación digital de las empresas.

Gugliotta aclara que “por supuesto que hoy en día la transformación está estrechamente vinculada a la tecnología, pero no significa que deba adaptar mi negocio a una nueva tecnología; más bien, es al revés. El modelo de negocio es el que cambia, y la tecnología lo acompaña siempre“.

Las estadísticas respaldan la creciente relevancia de la transformación digital en el mundo empresarial. IDC señaló que la inversión directa en transformación digital alcanzará los US$ 7 billones con una tasa compuesta anual del 18% hacia fines de 2023. Además, se prevé que el tamaño del mercado de transformación digital crezca a una tasa anual compuesta del 19,1%, alcanzando los US$ 127.500 millones en 2026, según Markets and Markets.

El beneficio de la transformación digital, según Gugliotta, va más allá de los aspectos tangibles: “Es difícil hablar de beneficios, para mí es una necesidad imperiosa, producto de que si no te transformas, quedas fuera de competencia”. Con la velocidad de los cambios, Gugliotta señala que los procesos de transformación digital que antes ocurrían cada década ahora se suceden cada dos años, lo que subraya la urgencia y la constante evolución en el entorno empresarial.

La transformación digital en el transporte

El Transporte Automotor de Carga (TAC) desempeña un papel crucial en Argentina y representa un impresionante 93% de la carga interurbana, superando a otros medios de transporte como el ferrocarril (4%) y la vía fluvial (3%), según datos proporcionados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Sin embargo, a pesar de su importancia, el TAC enfrenta desafíos significativos en términos de eficiencia y optimización. Uno de ellos es la vacancia: los camiones viajan vacíos el 50 o 60% de las veces, de acuerdo a la misma investigación del BID. Otro factor que reduce la productividad del sector es la escasa incorporación de nuevas tecnologías en la gestión de la logística, es decir, una insuficiente digitalización.

El Foro Económico Mundial pronostica que la transformación digital agregará US$ 100 billones a la economía mundial para 2025.

“Elaboramos nuestro Índice de Digitalización del Transporte (IDT), creado a partir de una encuesta realizada a 335 empresas de transporte argentinas de diferentes tamaños y ubicaciones en todo el país, y descubrimos que en términos de transformación digital, solo un 5% de las compañías marca una diferencia significativa en eficiencia y seguridad operativa”, dice Diego Bertezzolo, Co-Founder & CEO en Avancargo.

Es decir, la mayoría de los transportistas aún combinan procesos manuales con niveles básicos de digitalización. Además, convive con otro problema significativo: la abrumadora papelización de la industria.

“En Avancargo, tenemos una tesis clara: la digitalización es simplificación. Entendemos la transformación digital como un medio para simplificar procesos en toda la cadena logística. Y, por eso, tenemos el propósito de hacer más eficiente la logística a través de la tecnología en todos sus niveles y con un objetivo de impacto económico, social y medio ambiental”, menciona Bertezzolo.

Desarrollar el canal B2C 

Otro caso es el de Citratus, una empresa familiar dedicada a la fabricación y comercialización de fragancias para la industria cosmética, de perfumería fina, aromatización y limpieza, presente en el mercado argentino hace más de 20 años, y en México desde 2020.

En 2019 la firma se sumó a la transformación digital lanzando Be-e para potenciar la venta de fragancias a través del e-commerce, una forma innovadora de comercializar un producto industrial a emprendedores más chicos que no podían acceder a productos de alta calidad.

Be-e comercializa las mismas esencias que Citratus vende de forma industrial, pero con un packaging diferente y a través del e-commerce. Se convirtió en “la primera marca en la Argentina que vende esencias concentradas a través de ese canal”, asegura Valeria Henn, fundadora y socia gerente de Be-e. “Digitalizar nuestro trabajo nos permite vender esencias aromáticas desde nuestra web y estar con contacto permanente con emprendedores de todo el país”, afirma Henn.

El gran desafío fue vender los aromas a distancia, por eso creó un sistema de envío de tiras olfativas por correo, que también adjunta a la compra de cualquier envase, para que sus clientes puedan ir conociendo otras fragancias. Y las métricas del e-commerce respaldan su impacto. En 2023 vendió un 30% más que el mismo periodo del año anterior.

Financiar a los clubes a través de la tokenización

Tokenizar significa llevar un activo del mundo real al digital a partir de la tecnología blockchain. Ya sea la totalidad de ese bien o una fracción del mismo, el objetivo es emitir un token que lo represente y que sea intercambiable. Win Investments es una plataforma española creada por dos argentinos que tokeniza derechos deportivos de futbolistas para que los clubes formativos logren financiamiento y, al mismo tiempo, cualquier persona pueda participar del mercado de pases de los jugadores.

Dentro del mercado de pases a nivel mundial, el país que más talento futbolístico exporta es Brasil con 2061 transferencias por US$ 843 millones en 2022. El segundo es la Argentina, con 1004 pases por US$ 380 millones. Hasta ahora, ese volumen de dinero se repartía entre los clubes más acaudalados e importantes, siendo los más relegados los clubes formativos y los propios jugadores.

El modelo de digitalización ya está siendo utilizado por instituciones como Argentinos Jrs y la CAI de Comodoro Rivadavia (el primer club del país que utilizó el sistema) y, a partir de mayo, se podrán adquirir los tokens de 27 jugadores del Club Atlético Independiente de Avellaneda, uno de los 5 grandes del futbol argentino.

“Creemos que democratizar el acceso para que los fanáticos del fútbol puedan apoyar a sus clubes es fundamental para hacer más transparente al deporte”, explica Valentin Jaremtchuk, CEO y cofundador de Win Investments. Y suma: “Win es el vehículo para que cualquier persona pueda financiar al club del cual es hincha en forma confiable”.

Lo que se viene

En cuanto a las tendencias, desde Streambe observan la inminencia de una etapa de convergencia tecnológica. “Estamos ingresando en una fase de convergencia de las tecnologías actuales. Aunque actualmente las percibimos como tendencias tecnológicas independientes, están comenzando a fusionarse”, apunta Gugliotta, quien a su vez anticipa que “en los próximos años, veremos una convergencia que no implica la llegada de tecnologías completamente nuevas, sino la unificación de las existentes“.

Según Gugliotta, la convergencia tecnológica obligará a prestar una atención especial a aspectos cruciales como la privacidad y seguridad de la información. “El volumen de datos resultante de esta convergencia se ubicará en diversos entornos, lo que nos llevará a una mayor responsabilidad en el manejo de la privacidad y la seguridad de la información. Las empresas de seguridad informática jugarán un papel fundamental en este escenario”, destaca.

Fuente: Forbes